BLOG MUNDO CANHIJO

Si has llegado hasta aquí es porque te gustan los perros y ya nos une una de mis mayores pasiones. Aunque tengo que disculparme porque si esperas que aquí vas a encontrar respuestas a los problemas que tienes con tu canhijo yo no voy a poder ayudarte. No tengo ninguna titulación relacionada con perros, muy a mi pesar, para dar consejos.

Lo que vas a encontrar en este blog son experiencias que he tenido con los canhijos con los que he compartido mi vida. Actualmente, tengo la fortuna de tener como compañera a Luna, una perrita mestiza de border collie y podenco (el logo de nuestro proyecto es la imagen de un border collie porque en la forma de actuar de Luna predomina esta raza).

Luna es una canhija muy alegre, a veces pienso que en otra vida fue una payasita, aunque no todo fue bueno en su vida, su comienzo en este mundo debió de ser muy duro, por eso me gustaría aprovechar y transmitir a la gente que con amor y tiempo un perro puede transformarse totalmente.

Con nosotros Luna resurgió como el ave fénix y siempre he tenido la sensación de que Luna no ha llegado a mi familia por casualidad. Antes de la adopción de Luna hubo 2 sucesos que me han hecho pensar que nosotros no elegimos a Luna, a veces el destino no te da opciones.

Uno de los hechos fue que por aquella época echaban en la tele un programa de Agility, a la vez ya estábamos convencidos de que íbamos a incorporar un nuevo miembro a la familia y mi padre preguntó “¿si adoptamos un border collie?” a lo que mi hermana y yo le respondimos “ya sabes que a nosotros la raza nos da igual”. Casualidades de la vida… o no, Luna es mestiza de border collie con podenco.

El otro suceso fue un día que yo estaba con mi madre y me preguntó qué nombre le pondríamos. Yo le dije “que tenía uno en mente pero que necesitaba verle la cara”, a lo que ella me contestó “yo también tengo uno”, pero no paró ahí, siguió insistiéndome para que le dijera el nombre. Al final acabé contestándole que mi nombre elegido era Luna y casualidades de la vida… o no, era el mismo que mi madre había elegido. Sorprendidas y entre risas le dije que esperásemos a ver con que nombre estaba registrada porque igual era bonito también. Cuando fuimos a la protectora, les preguntamos qué nombre tenía y lo increíble es que en los papeles aparecía como Luna. Las trabajadoras no daban crédito a lo que les contamos.

Cuando miro a Luna pienso que ha llegado a mi vida para dejar huella en el mundo. Mi Luna está conmigo para que juntas hagamos algo grande e importante para ayudar a los que no tienen la suerte de tener una familia.

Vaya, es ponerme a hablar de mi Lunilla y no paro, disculpad que me líe. Quería contaros también cómo surgió este proyecto tan emocionante (aunque ha costado años que me ilusione sumergirme en una aventura tan grande).

Javier, mi pareja, es una persona muy inquieta y emprendedora, siempre que tiene un poco de tiempo (porque él tiene su empresa que bastante trabajo le da) ya está pensando qué puede estudiar o qué proyecto puede sacar. Yo soy todo lo contrario, con mi trabajo fijo y disfrutar de la vida en mi tiempo libre soy feliz. Pero Javi, desde hace años, me ha insistido en hacer algo juntos y siempre ha tenido la misma contestación, no.

Todo cambió cuando hace unos meses yo estaba pasando un mal momento personal y Javi aprovechó para volver a hacerme la propuesta, y no se quedó ahí, fue muy listo, porque para acabar de convencerme me dijo que una parte de las ganancias podíamos donarla a protectoras y santuarios. Me faltó tiempo para empezar a trabajar con toda la ilusión esperando que os guste todo lo que estamos preparando para nuestros canhijos.

Mi canhija Luna

Mi canhija Luna